Capitulo 1:El
descubrimiento de Bruno
Bruno llego a su casa en Berlín en una tarde, y se llevó la
sorpresa de que María la criada de la familia, estaba en su dormitorio
empacando sus cosas. Y madre le dijo: Bruno nos vamos a Auschwitz, porque ah a
Padre lo ascendieron de puesto en el trabajo. Bruno estaba muy triste porque
tenía que dejar a sus amigos y a su bella casa.
Capítulo
2: La casa Nueva
Llego el día de que Bruno se despidiera de sus amigos.
Cuando vio por primera su nueva casa abrió los ojos desmesuradamente, se
asombró. Era todo lo contrario a su nueva casa y no podía creer que fuera a
vivir ahí.
La casa nueva estaba aislada, en un sitio vacío y desolado
y no había otra casa cerca lo que significaba que no tenían vecinos.
Capítulo
3: La tonta de remate
Bruno estaba seguro que habría sido mejor haber dejado a
Grettel en Berlín cuidando la casa, solo porque daba problemas. Su hermana era
tres años mayor que él y desde que la tenía uso de razón le había dejada muy
claro que lo relativo a los asuntos del mundo. Grettel tenía unas costumbres
muy desagradables como suele pasar con todas las hermanas, se entretenía
demasiado en el baño por las mañanas sin importarle que Bruno estuviera dando
saltos por tener ganas de ir al baño.
Capítulo
4: Lo que vieron por la ventana
Para empezar, no eran niños al menos no todos. Había niños
pequeños y niños mayores, pero también padres y abuelos. Y unas cuantas
personas de las que vivían en las calles y parecen no tener familia. Unos seis
metros más allá del jardín y las flores y el banco con la placa. Había un
enorme alambrado, con la parte superior inclinada hacia adentro, había cabañas
pequeñas. Detrás del alambrado no crecía hierba, de hecho a los lejos no se
veía ningún tipo de vegetación, Grettel vio pequeñas cabañas y grandes
edificios cuadrados. Bruno se dio cuenta de que las personas de allí todos
llevaban una pijama gris de rayas y una gorra gris de rayas.
Capítulo
5: Prohibido entran bajo ningún concepto y sin Excepciones
Padre no había viajado desde Berlín en el mismo coche con
ellos aquella mañana, se había marchado unos días antes, la noche del día que
llego a la casa y encontró a María revolviendo sus cosas. Incluso las
pertenencias que él había escondido en el closet, que eran suyas y de nadie más.
No debimos permitir que le furias viniera a cenar dijo madre, Bruno fue a
hablar con su padre a su oficina que no le parecía linda la casa nueva y
también ve que aquí no habían amigos en cambio Grettel le dijo que si le
gustaba y Bruno le insistió a su padre que se devolvieran a la casa de Berlín y
padre le dijo a bruno que tienen que quedarse ahí.
Capítulo
6: La Criada con un sueldo excesivo
Unos días más tarde, Bruno estaba tumbando en su cama
contemplando el techo. La pintura blanca, agrietada y desconchada, producía un
efecto muy desagradable, a diferencia de la pintura de la casa de Berlín.
Imagino que en el espacio de la pintura y el techo vivían insectos que la
empujaban y descrebajaban intentando crear un hueco por donde colocarse para
luego escapar por una ventana. Acababa de decir cuando María entro por la
puerta cargad con un montón de ropa lavada y planchada de Bruno. Vacilo un
momento l verlo allí tumbando, pero inclino la cabeza y se dirigió al armario.
Bruno le dijo hola, aunque hablar con una criada lo era lo mismo que hablar con
sus amigos, no había más por ahí con quien mantener una conversación.
Capítulo
7: El día que madre se atribuyó el mérito de algo que no había hecho
Varias semanas después de que Bruno había llegado a
Auschwitz con su familia y sin ninguna perspectiva en el horizonte de recibir
una visita de Karl o Daniel o Martín, el niño decidió que era mejor que podía
hacer era empezar a buscar una forma de distraerse o se volvería loco. Solo
había conocido a una persona que se llamaba herr Roller que vivía a la vuelta
de la esquina de la casa vieja. Madre había salido a hace unas compras, cuando
vino se encontró a Bruno hablando con el criado y ella le dijo que se fuera
para el cuarto y Bruno se fue enojado, porque no pudo darle las gracias a Pavel
que le había ayudado a curar su herida.
Capítulo
8: Porque la abuela se marchó furiosa
Las dos personas de Berlín a quienes más añoraba Bruno eran
sus abuelos. Vivían en un piso cerca de los puesto de fruta y verdura, y en la
época en que él era niño se mudó a Auschwitz, el abuelo tenía casi 73 años, los
cual, según él, lo convertía en el hombre más anciano del mundo. La abuela
parecía mucho más joven que el de los otros niños. Los abuelo llegaron un día a
visitar a la familia en la nueva casa, abuelo si estaba de acuerdo de que su
hijo fuera un soldado muy importe, u madre no se sentía a gusto de que su hijo
fuera un soldado y que mucho menos uno malo. Padre y abuela se pelearon, por
eso la abuela se marchó furiosa.
Capítulo
9: Bruno recuerda lo que le gustaba jugar a los exploradores
Durante un tiempo nada cambio en Auschwitz, Bruno tenía que
aguantar a Grettel que se ponía muy antipática con él, cuando estaba de mal
humor. Padre decidió que era hora de que los niños retomaran sus estudios así que Padre contrato a un maestro para que le diera clases de a Bruno y a
Grettel. A Bruno le aburrían las clases porque solo hablaban de historia. Bruno tenía ganas de salir a explorar afuera
en salió y vio una puerta a lo lejos y le dio curiosidad lo que detrás de ella.
Capítulo
10: El punto que se convirtió en una mancha que se convirtió en un borrón que
se convirtió en una figura que se convirtió en un niño
El paseo a lo largo de la alambrada duro mucho más de lo
que Bruno había imaginado, esta parecía prolongarse varios kilómetros. Siguió
caminando y cada vez miraba hacia atrás la casa en que vivían, se veía más
pequeña hasta que dejo de verla por completo. Cuando llevaba casi una hora
andando y empezó a tener hambre, pensó que había explorado suficiente por aquel
día y que debería de volver. Y a lo lejos vio a una persona como un punto y se
acercó y se dio cuenta que era un niño. Bruno le dijo hola y él le contesto, el
niño estaba sentado con las piernas cruzadas, tenía un rostro muy extraño, su
piel era casi gris y de una palidez y tenía una mirada triste su nombre era
Shmuel.
Capítulo
11: El Furias
El Furias era más bajo que Padre, y Bruno dedujeron que no
debía ser tan fuerte como él. Tenía el cabello negro, muy negro, y un bigote
diminuto. La dama que estaba a su lado en la cena, era la mujer más hermosa que
le jamás había visto, tenía el cabello rubio y los labios muy rojos, mientras
el Furia hablaba con Madre, se volvió y le sonrió a Bruno y se ruborizó.
Capítulo
12: Shmuel busca una respuesta a la pregunta de Bruno
Shmuel le contó a Bruno que el antes vivía con su madre, su
padre y su hermano Josef, en un pequeño piso encima de un taller, donde su papa
fabricaba relojes. Su padre se había ido
ese día a hacer un trabajo y después de eso nunca volvió y Shmuel no pudo ir a
buscarlo por tenía miedo. Bruno volvió a su casa ese día.
Capítulo
13: Bruno cuenta una mentira muy razonable
Una tarde Shmuel llego con el ojo morado y le pregunto qué
había pasado y el meneo la cabeza y le dijo que no había pasado nada, Bruno
quería ayudarle, y le preguntaba que si podía pasar por debajo del alambrado
para jugar con el balón. Después de varias semanas Shmuel le comento a Bruno
que su abuelo se había desaparecido y nadie sabía dónde estaba y cuando le
preguntaba por su padre se echaba a llorar y lo abrazaba tan fuerte que le daba
miedo que lo apachurren.
Capítulo
15: Una cosa que no debería haber hecho
Bruno empezó por su amigo porque cada día lo veía más
delgado y más pálido. Ese día Bruno se dirigía al comedor y vio que Shmuel
estaba limpiando las copas, Bruno le pregunto que era o que él estaba haciendo
en su casa, pero Shmuel le dijo que solo le dijeron que las limpiara y que
tenía mucha hambre. Bruno le dio de comer a Shmuel unas galletas a Shmuel. Pero
Kotler llego y le pregunto porque estaba comiendo y después le pregunto a Bruno
que había pasado y Bruno dijo que no lo conocía y que no sabía que estaba
haciendo ahí. Después Kotler se llevó a Shmuel y le dijo a Bruno que el fuera.
Capítulo
16: El corte de pelo
La abuela había muerto y la familia debía volver a Berlín
para asistir al funeral. Madre le explico a Bruno que Padre era el que estaba
más triste, porque había discutido con la abuela y no había hecho las paces
antes de que ella muriera. Bruno se le pega los piejos y le cortan el pelo.
Capítulo
17: Madre se sale con la suya
Madre no tenía ningún Shmuel, no tenía nadie con quien
hablar, y con la única persona que había tenido una amistad era con Teniente
Kotler, había sido destinado a otro lugar. El niño comprendió que volver a
Berlín no le ilusionaba tanto como
habría podido imaginar y que no tenía ninguna gana de comunicarle la noticia a
Shmuel.
Capítulo
18: Como se ideo la aventura final
Bruno directo hacia donde estaba la Shmuel, y le dijo a
Shmuel que porque no lo ayudaba a buscar a su padre para compensar lo que le
había hecho. Entonces le dijo que podían cavar un hueco debajo de la alambrada
para que Bruno pudiera pasar. Le dijo que además tenía que traerle un pijama y
un gorro para que no lo descubrieran.
Capítulo
19: Lo que paso el día siguiente
Era un viernes había amanecido lluvioso, cuando despertó
por la mañana Bruno se asomó por la ventana, de no ser porque aquella iba a ser
la última oportunidad para él y para Shmuel de pasar un rato juntos. Bruno
llego con una pala para cavar el hueco y Shmuel le dio un pijama.
Capítulo
20: El último capitulo
Bruno pasa al campo de concentración, Buscan por todos los
edificios y lo dormitorios. Después los llevan a la “ducha” y les dicen que no
les van a hacer nada, los hacen quitarse la ropa, después todos entran por una
puerta de metal. Después de eso Bruno le dice Shmuel que no suelte su mano y
que va a hacer su único amigo para toda la vida.